El lenguaje es una función clave para trabajar la estimulación cognitiva en Alzheimer. Aunque lo más llamativo de esta enfermedad suele ser la pérdida de memoria, los problemas de lenguaje también aparecen desde el inicio. Por eso, las personas con Alzheimer tienen dificultades para recordar y nombrar palabras conocidas. Este déficit suelen comenzar por el “fenómeno de la punta de la lengua”. Esta sensación que todos hemos experimentado alguna vez, consiste en saber lo que se quiere decir, pero no encontrar la palabra para decirlo.
A medida que la enfermedad avanza, aparece la anomia. Este síntoma se refiere a dificultad total para acceder a las palabras. Es importante saber que la anomia no es aleatoria. Es decir, no se pierden palabras sin ninguna regla. Por ejemplo, las palabras que menos se usan y aquellas que se aprenden cuando somos mayores, son las primeras que se olvidan. Es algo similar a lo que ocurre con los recuerdos. Así, aquellos acontecimientos recientes son los primeros en olvidarse
Otra característica del lenguaje en en Alzheimer es que también se deteriora el sistema semántico. Este sistema es el que se encarga de almacenar la información sobre los conceptos conocidos. Por ejemplo, una persona con Alzheimer tiene más dificultades para decir nombres de animales. También tiene más errores a la hora de decidir si la lechuga es una verdura o una fruta.
Las últimas palabras en aprenderse, son las primeras en olvidarse.
Es importante poder detectar estos primeros errores del lenguaje para poder intervenir. Aquí os proponemos algunos ejercicios cotidianos de estimulación cognitiva en la enfermedad de Alzheimer para mejorar el lenguaje.
- Descripción de imágenes conocidas. Utilizar fotografías de paisajes que conozca la persona o fotografías de celebraciones. Es importante que sean fotografías antiguas y recientes. Así, además del lenguaje, se trabaja también la memoria autobiográfica
- Denominación de objetos cotidianos que se tengan por la casa. Por ejemplo, los objetos del salón, de la cocina…
- Categorizar imágenes, objetos o palabras en función de alguna característica. Por ejemplo, con imágenes de vegetales, clasificar en comestibles y no comestibles. Animales domésticos y salvajes. Nombres de hombre y de mujer.
- Utilizar lenguaje automático (refranes populares, frases hechas, canciones…).
- Potenciar el uso de palabras conocidas, pero más complejas que las que normalmente usa la persona.
- Asignar un adjetivo a un objeto. Los adjetivos son palabras más difíciles y se pierden precozmente.
- Nombrar prendas de ropa usadas en cada temporada (primavera, verano, otoño, invierno). Así además se trabaja la orientación en el tiempo.
Es importante que las tareas que se utilicen estén adaptadas a la persona a la que van dirigidas. Hay que intentar que la rehabilitación y las sesiones de estimulación cognitiva en el Alzheimer sean motivantes, significantes y divertidas. Esto es clave para conseguir una buena adherencia al tratamiento.
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