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Conoce los síntomas iniciales del Alzheimer para intervenir precozmente

La enfermedad neurodegenerativa que afecta a mayor número de personas en la actualidad es la Enfermedad de Alzheimer. Su impacto en la vida y todo el entorno de la persona es devastador. Es importante conocer sus síntomas iniciales para poder iniciar el tratamiento, tanto farmacológico como no farmacológico lo antes posible.

Una cuestión de vital importancia cuando se trabaja con personas con déficits cognitivos es poder determinar si los cambios en el rendimiento y en la funcionalidad diaria son progresivos o estáticos. También si tienen un origen orgánico o no. En función de esta situación se plantearán objetivos diferentes de tratamiento, basados no solamente en la estimulación de las funciones más afectadas, sino también la activación de las áreas cerebrales que aún se encuentran preservadas. Esto permite fortalecer las funciones dependientes de esas regiones y que sirvan como soporte para favorecer y compensar los déficits cognitivos ya instaurados.

El síntoma más característico y más fácilmente reconocible es la pérdida de memoria y la desorientación temporal. Estos síntomas se manifiestan con despistes, olvidos de tareas cotidianas o no saber con exactitud la fecha. Pero también hay otros síntomas que también aparecen desde el inicio de la enfermedad. Cuando el Alzheimer comienza a manifestarse también es habitual que aparezcan los problemas de lenguaje. Es muy común que la persona experimente el denominado “fenómeno de la punta de la lengua” y use frecuentemente los circunloquios (explicar lo que se quiere decir, pero sin utilizar la palabra exacta). En estas fases iniciales ya se puede observar un lenguaje más sencillo. Las personas utilizan palabras más concretas, menos adjetivos, frases más cortas. Prefieren hablar sobre asuntos generales, evitanto temas de conversación muy concretos o sobre acontecimientos muy puntuales.

Los circunloquios continúan hasta convertirse en una anomia o dificultad para encontrar el nombre de los objetos y las personas. A medida que la enfermedad avanza, la anomia es más evidente hay una pérdida muy importante de vocabulario y de conocimiento semántico. Se tienen más dificultades con determinadas categorías conceptuales y se van perdiendo las palabras que se aprendieron más tardíamente a lo largo de la vida. Es por eso que el lenguaje se vuelve muy sencillo y al final se convierte en lenguaje vacío de contenido.

Estos síntomas iniciales, se producen por el daño en regiones temporales del cerebro. Con el progreso de la enfermedad, el deterioro en las estructuras del cerebro avanza de forma heterogénea hacia zonas parietales, frontales y occipitales. Es entonces cuando aparecen problemas de lectura y escritura, cálculo, dificultades para manejar instrumentos y objetos cotidianos. También dificultades para vestirse (apraxia) o para reconocer caras familiares y objetos del entorno (agnosia). Con el avance de la enfermedad pueden aparecer también síntomas neuropsiquiátricos como depresión (que también suele presentarse al inicio por las dificultades a la hora de hacer tareas cotidianas), agitación, alucinaciones visuales, delirios.

La enfermedad de Alzheimer es por tanto, una enfermedad heterogénea, que cursa con problemas cognitivos, emocionales y conductuales. Esta combinación de síntomas dificultan el día a día de las personas que lo padecen y de su entorno. En la actualidad el mejor tratamiento es el que combina los fármacos con la terapia no farmacológica realizada por profesionales cualificados (Psicólogos, Neuropsicólogos, Terapeutas Ocupacionales, Logopedas…).

La estimulación cognitiva es la metodología de intervención más eficaz. La estimulación cognitiva consigue estimular aquellas funciones que están deterioradas así como potenciar las que se mantienen preservadas durante el mayor tiempo posible. Esto permite que la persona establezca nuevas conexiones y genere nuevas estrategias que favorezcan su autonomía y una comunicación más eficaz con su entorno. 

En Circunloquio desarrollamos cuadernos de ejercicios de estimulación cognitiva que permiten tener un amplio abanico de ejercicios para poder intervenir con personas con Enfermedad de Alzheimer u otras patologías que cursen con deterioro cognitivo. Todos los ejercicios han sido desarrollados sobre una sólida base teórica y cuidadosamente seleccionados para que sean una herramienta muy eficaz contra el declive cognitivo.

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